Lazarus

La niña de mis ojos se llama Lazarus. Es la aceleradora de empresas innovadoras que creamos en la Fundación Eurocaja Rural. Cada año entran 12 capitanes y sus equipos tras haber competido con más de 200 proyectos diferentes y desde ese momento pasan a ser la razón de mi existencia durante 3 años.
Lazarus al estar creada por emprendedores desde una entidad no lucrativa, se diferencia de otras aceleradoras en tres características; nos enfocamos en la persona y no en el proyecto y por eso convivimos con ellos en cada sesión. Lo damos todo y no pedimos nada, ni dinero, ni participación en la empresa. Nuestro objetivo es que la empresa perdure en el tiempo de forma rentable y no que multiplique por 10 su valor en menos de 5 años.
A estos capitanes es a los que fundamentalmente mentorizo, intentando equilibrar el modelo de mentoring de aceleradoras con el modelo real de mentoring, me explico:
El mentoring real, tiene su origen en La Odisea, dónde se cuenta que Ulises al partir a la guerra de Troya, encomienda a su fiel amigo Mentor la educación de su hijo Telémaco, para que se convierta con el tiempo en un rey para Itaca, sabio y justo. Mentor es en realidad la forma que adopta la Diosa Atenea, que es la diosa de la sabiduría, la valentía y la inspiración. Por ello el mentoring real acompaña a la persona y no al proyecto.
El mentoring de aceleradora lo que pretende es poner la experiencia y los contactos del mentor al servicio del emprendedor para resolver los problema específicos a los que se esté enfrentando el proyecto. Por lo tanto mentoriza al proyecto y no al emprendedor.
Me ha costado muchísimo llegar a un equilibrio, pues tradicionalmente lo que he hecho ha sido diferenciar las figuras y a una llamarle mentor y a otra tutor, poniendo las dos figuras al servicio de los emprendedores, pero el emprendedor es tozudo y aunque yo crea que es un error, él se considera un todo indiferenciable con su proyecto, y al final he tenido que adaptar mi modelo para centrarme en la persona, intentando minimizar el vértigo del emprendedor y su soledad, aportando serenidad, foco y realidad, cuando se instala en lo alto de la montaña rusa y empujando, animando y mostrando la realidad objetiva cuando la montaña rusa está abajo del todo, pero también pongo a su servicio el conocimiento que he adquirido en las empresas que he creado, en las que he dirigido por cuenta ajena, el que adquiero al entrevistar y aconsejar a más de 100 empresas cada año y el que el tiempo y la suerte me ha regalado. A la hora de facilitar contactos a mis mentees cuento con la ayuda extraordinaria de la red de amigos que tengo en el mundillo del emprendimiento, que es la red más generosa, creativa, curiosa y estimulante que te puedas imaginar.